NOTA: Alerta de spoilers
Acabo de terminar la primera temporada de Trollhunters, la serie animada que fue creada por la alianza entre Netflix y Dreamworks Animation, bajo el liderazgo del cineasta Guillermo del Toro, y he quedado totalmente entusiasmado con este producto. Es una obra basada en la novela juvenil que el mismo Del Toro escribiera junto con Daniel Kraus y que tiene el mismo título de la serie. En ella podemos encontrar, sin mucha exageración al decirlo, a la mejor serie animada de los primeros años de este siglo.
Si bien es cierto, está concebida para un público bastante joven, la manera como se presenta la trama en cada uno de sus capítulos es formidable e inteligente, de tal manera que uno queda enganchado en las aventuras de sus personajes. En los veintiséis capítulos que tiene esta primera temporada, nosotros podemos encontrar dos grandes arcos temáticos autoconclusivos. Cada uno de ellos lo suficientemente independientes entre sí pero ligados por una gran trama de fondo que todavía no termina de desvelarse del todo. En ese sentido, nuestros protagonistas se van a enfrentar a dos grandes villanos, lo suficientemente formidables como para generarnos angustia en todo momento.
Y justamente ahí nos topamos con otros de los puntos fuertes de esta serie: tiene unos personajes muy bien diseñados. Los malos son bastante creíbles y no parecen tontos a punta de querer ser malvados. Tienen una personalidad propia y tienen claramente características propias que los diferencias entre ellos: Bular tiene una naturaleza salvaje e indómita pero no carece de la astucia necesaria como para urdir sus propios planes, Strickler es un manipulador que termina enrollado en su propia telaraña, ya sea porque no es tan malo como aparenta o porque desarrolla ciertos sentimientos hacia su pupilo Jim y su madre, en cambio, Draal es un sanguinario y retorcido enemigo que se deleita jugando con sus presas para luego acabar con ellas.
Además, y por encima de todo, los personajes buenos son realmente entrañables. Uno se encariña muy fácilmente con Toby por ejemplo, porque pese a todo es un gordito valiente. No dudará ni un instante en ayudar a su amigo a pesar que él no cuenta con algún tipo de poder. Si a esto le sumamos la relación de amistad que empieza a desarrollar con Aaarrrgghh, nos encontramos con los mejores momentos de la serie, salvo por las escenas relativas al enamoramiento de Jim de su compañera de clase, Claire. Inmediatamente esto nos remite a recordar nuestro primer amor. ¿Quién puede evitar un suspiro frente a esto?
Insisto, estamos frente a la mejor serie animada del siglo XXI y parece que está pasando desapercibida. Si no sabías de ella, conéctate a Netflix ya mismo y mírala completa. Me darás la razón cuando llegues a su capítulo final.